EL CARDENAL Y EL TURISMO SEXUAL

El secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, en una única entrevista concedida a un programa de TV3, la televisión nacional de Cataluña, se ha quejado de que quienes acusan a la Iglesia de pedofilia, no acusen también a otros colectivos pedófilos, como el del turismo sexual. Se trata ni más ni menos que del número dos del Papa, vestido de púrpura y negro, con escolta y séquito, recibido con sonrisas reverentes y sumisas, incluso del presidente Montilla, un eficiente gestor socialista que pocas veces se le ha visto comulgando en una iglesia ni con nada, excepto, a veces, con las directrices de su partido.

El enviado del Vaticano se ha trasladado a Barcelona para beatificar a un capuchino – un miembro de la orden de los Hermanos Menores Capuchinos, no nos confundamos -y, según algunos comentaristas locales, ha llenado las estrechas calles del barrio gótico de esta ciudad, hábitat habitual de turistas y carteristas, de glamour espiritual. Barcelona y sus autoridades se han volcado para honrar a un representante de la máxima autoridad de la Iglesia en un momento en que ésta pasa por dificultades de largo alcance. Lo curioso es que a este cardenal, no se le ha ocurrido otra cosa que poner a la llamada Santa Madre Iglesia, la institución que lleva siglos controlando el pensar y el hacer de millones de ciudadanos, que ha configurado prácticamente a una cultura, que ha condenado a brillantes y honestos investigadores, pensadores y místicos a la hoguera, que ha arrasado y condenado a otras culturas y civilizaciones en nombre de su verdad, que tiene de su parte a presidentes, reyes, reinas, futbolistas, escritores, cantantes y artistas mundialmente reconocidos, este cardenal ha puesto a la Iglesia, su Iglesia, al mismo nivel que cualquier agencia de turismo sexual (si es que existe) y su clientela.

Puede ser que el cardenal Bertone esté pensando en mandar a sus obispos y curas pedófilos a Tailandia para ver si , tal como están las cosas en este país, se libra de ellos por un tiempo. La queja puede tener más lecturas, por supuesto, pero como mínimo es, digamos, ‘fuerte’, como ‘fuerte’ es la derecha extrema y ultra del país que está visitando, que casi consigue llevar al banquillo de los acusados a un juez por investigar los crímenes del franquismo.

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario